Anteriormente esto se pensaba solo para personas con alto poder adquisitivo que podían darse sus lujos. Pero las iniciativas locales a menor escala han demostrado cómo cambiar esta mentalidad y poder poner en las manos de sus clientes productos de alta calidad y accesibles.
El área de tecnología tampoco se queda atrás, muchas empresas buscan innovar y obtener productos ya sea personalizados o más accesibles, en lugar de optar o contar solo con los antiguos y costosos sistemas que requieren para operar: ERPs, CRMs, de correos, de comunicación, de movilidad, para web, etc.
En algunas ocasiones, grandes empresas nos dieron a entender cómo sus necesidades van cambiando rápidamente y no las pueden afrontar al ritmo deseado por medio de las herramientas tecnológicas que poseen. En muchos casos estas herramientas hacen lo que tienen que hacer, y lo hacen bien, pero solo eso. No pueden evolucionar o escalar de forma fácil ni rápida para cubrir las nuevas y crecientes necesidades.
Esto me llevó a pensar en lo que me decía el profesor Carlos Gonzáles, Phd en Ciencias de la Computación:
“Las tendencias empresariales con relación a los sistemas computacionales y de software son como un péndulo que se puede observar a través del tiempo: Primero tratan de mantener todo centralizado incrementando sus departamentos internos de TI, pero paulatinamente van regresando al otro extremo, subcontratando sistemas y empresas que les brinden soluciones integrales ”
Ahora parece que estamos en el momento de aprovechar las tendencias del software como servicio (SaaS por sus siglas en inglés) y de las empresas de “nearshore” que nos faciliten un producto o servicio brindado por expertos, con la flexibilidad y personalización que todos buscamos en un producto o servicio; pero especialmente que está al alcance de nuestras posibilidades . Como siempre digo: no hay que reinventar la rueda!
No obstante las grandes corporaciones se están poniendo al día, y moldeando sus esquemas para ofrecer lo que los clientes buscan, como lo hizo la cervecería.
Puede ser que el péndulo que mencionaba don Carlos algún día regrese al otro extremo; pero las empresas visionarias van a tener muy claro hacia dónde dirigir sus esfuerzos tecnológicos de forma oportuna.