Para muchos, la idea de salir de casa sin el teléfono móvil o tableta, o no tener acceso a internet durante un largo período de tiempo, es impensable. En el mundo tecnológico en que vivimos, los últimos aparatos electrónicos, ya sea una tableta, un smartphone, dispositivos portátiles o incluso una consola de juegos, son nuestros compañeros constantes.
La razón de esto es que además de la tendencia de consumismo en la que nos vemos envueltos, estos dispositivos se basan en la conectividad para que los usuarios hagan pleno uso de ellos.
Cuando se trata de la conectividad, de cómo se enlazan las personas y las organizaciones alrededor del mundo, con el pasar de los años, se han ido aumentando exponencialmente los requisitos, expectativas y oportunidades de nuevas formas de interacción.
En la historia de la computación, las redes evolucionaron para transmitir información alrededor del mundo de forma eficaz y rápida. La gente tiene acceso a datos más allá de su propia computadora, reduciendo rápidamente la distancia entre las personas y empresas. El día a día se transformó finalmente en una conectividad constante «en cualquier momento y en cualquier lugar», lo cual ha sido posible por las nuevas tecnologías móviles, de nube y de redes sociales.
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Al igual que las computadoras, los dispositivos de red y las aplicaciones web habían revolucionado las épocas digitales anteriores, la interconexión es el elemento de cambio de esta era.
La globalización está entrando en una nueva fase definida por flujos crecientes de datos e información, en un mundo donde domina la nube y los modelos empresariales son interdependientes, las exigencias de la conectividad han alcanzado un nuevo nivel.
Las empresas ahora forjan una ventaja colaborando en comunidades con otras empresas a través de conexiones seguras, confiables e interconectadas entre muchos participantes. Para competir y tener éxito, las empresas de hoy en día necesitan interconexión, una forma de conectividad instantánea, directa, masiva y cada vez más flexible, segura y confiable que sus predecesores.
A nivel de usuario, las posibilidades con la interconexión son infinitas, desde automóviles totalmente automatizados, hasta casas inteligentes y oficinas virtuales. Son muchos los cambios y los avances que afectarán nuestras vidas, desde el hogar hasta el ocio y el trabajo. La conectividad tiene el poder de remodelar nuestro mundo.
Cabe resaltar que dada la gran cantidad de datos que transitan a través de las redes, en el mundo conectado de hoy en día, es importante lograr un equilibrio adecuado entre compartir datos, privacidad y seguridad. Esto es aún más delicado en el área de la industria de las telecomunicaciones donde se pueden ver amenazados datos de clientes y usuarios si no se manejan con el debido cuidado y responsabilidad.
El futuro será uno en el que las empresas digitales verdaderamente conectadas tengan la capacidad de conectarse con clientes, proveedores, socios y partes interesadas a través de múltiples canales, usando plataformas móviles o aprovechando el poder de las redes sociales.
