La consultoría para lograr un negocio más sostenible y rentable

Por: Saúl Castro Castillo
La consultoría, sin importar el área de trabajo en que se dé, es y ha sido pan de cada día, quizás no lo notamos porque estamos tan acostumbrados a ello que no le damos la importancia que tiene. Un ejemplo de ello es cuando se pide a un conocido, pariente o vecino algún consejo de cómo realizar una tarea determinada, a sabiendas que esta persona tiene conocimiento del tema.

Pero ¿cómo puede mi negocio ser más rentable con la consultoría?  Para responder esta pregunta antes se debe conocer qué diferencia existe entre un consultor y un trabajador de la compañía.

Las principales diferencias son el tipo de contrato y el costo del mismo, aunque no se limitan a solo eso.

Un consultor es contratado por un tiempo “corto” y bien definido, específicamente para ayudar en un proyecto, puede ser para el proyecto completo o solo para una etapa de este y puede ser renegociado en el transcurso del mismo. Por otro lado, el empleado de la compañía tiene un contrato a largo plazo por dedicación.

El coste de un consultor generalmente es mayor al de un empleado de la compañía, esto se basa en la periodicidad del contrato, los conocimientos del consultor y el aporte que se espera que brinde con su inclusión.

Pero ¿cómo una persona externa a la compañía, con un coste mayor, puede generar rentabilidad y sostenibilidad a un negocio? Hay 2 aristas que valorar al responder esta pregunta: la de la empresa empleadora del recurso y la de la empresa o persona consultora.

Resulta un poco evidente que para la empresa o persona que brinda el servicio de consultoría, la rentabilidad y sostenibilidad pueda parecer un hecho. Esto es cierto solo si el servicio brindado es de calidad y superando las expectativas del cliente, logrando así la continuación o contrataciones a futuro. Si el servicio brindado es excelente, los tiempos en que un consultor esté sin asignación llegarán a ser breves.

Por el lado de la empresa empleadora parece totalmente lo contrario, pero en realidad no lo es. Cuando una empresa decide contratar consultores es con el fin de llenar una carencia en un proyecto, en busca de lograr el éxito deseado del mismo o más. Son precisamente los aportes que el consultor haga lo que marcará la diferencia.

La empresa empleadora tendrá expectativas bien definidas, como que el consultor cuente con experiencia en el tipo de trabajo para el cual fue contratado, pero también vendrá a aportar puntos de vistas, técnicas y soluciones diferentes, valores agregados que se notaran aun más cuando el proyecto esté finalizado.

 

Cuando la necesidad no sea una carencia en un área del proyecto, sino más bien en la falta de recursos para completarlo, el aporte del consultor puede ser más duradero, dado que los conocimientos y técnicas y hasta la actitud van a ser compartidas con el equipo de trabajo, aportando no solo en el proyecto para el que fue contratado, sino para proyecto venideros de la empresa.

 

Adicionalmente puede verse al consultor como un auditor que permite mejorar el proceso interno de las empresas y sus colaboradores, así como el intercambio de conocimientos vital para la evolución y desarrollo de ambas partes.

Entonces ¿cómo se logra en ambos casos  un proceso exitoso de consultoría? La clave está en el compromiso de ambos; el consultor debe mostrar siempre una actitud positiva y de entrega, con ánimos de compartir su conocimiento y habilidades con el equipo de trabajo. Por su lado la empresa contratante debe brindar un ambiente confortable, donde los espacios de opinión, investigación y aprendizaje estén abiertos. En sí que el deseo de colaborar mutuamente sea el eje de la relación laboral.

 

Referencias:

How is a “Software Developer” different from a “Software Consultant”

http://programmers.stackexchange.com/questions/76659/how-is-a-software-developer-different-from-a-software-consultant-what-makes

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