De esta manera, se puede definir a un proceso como la serie lógica de pasos que ayudan a llevar a cabo un objetivo de manera eficiente. Dicho esto, no toda secuencia de pasos se convierte automáticamente en proceso debido a su carencia de lógica.
Hoy en día, tanto las personas como las empresas cuentan con herramientas más avanzadas que en épocas anteriores, las cuales ayudan a que los procesos se realicen de manera más rápida. En un mundo dinámico y globalizado, el tener procesos no garantiza la consecución exitosa de una tarea propuesta.
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En la actualidad, sorprende de manera absurda como algunas empresas no aprovechan los mecanismos modernos; por el contrario, se quedan relegadas sin hacer uso de las valiosas herramientas que el mercado global ofrece. De esta manera, un mecanismo no utilizado por la mayoría de las empresas en la optimización de sus procesos es el software quedando relegadas y no sobresaliendo de la competencia.
Las empresas que toman en cuenta el software como parte de sus activos, son las que se destacan sobre sus competidoras debido a que han encontrado una forma de analizar millones de datos convirtiéndose información en tiempo real. Aquí radica una de las principales diferencias entre una empresa exitosa y una que no avanza o fracasa: ésta última ve al software como un gasto, una mala inversión, un instrumento que no lo ayudará a tomar decisiones y por el contrario, aumentará sus costos dejando menos utilidad.
De esta manera, las empresas que cuentan con aplicaciones computarizadas cuentan con muchas más ventajas debido a que pueden analizar el mercado de manera más rápida midiendo cuando el mercado los favorece o no; asimismo tiene una mayor visibilidad mundial haciendo que su negocio sea reconocido; se pueden reportar mayor cantidad de negocios.
Finalmente, me gustaría aclarar que creo que no todo proceso manual es malo, en algunas ocasiones es necesario. No obstante, es precisamente el software en los procesos lo que da la ventaja a una empresa ganadora.
